Etiqueta: cabaret

S’obre la nit i pel tall de la lluna descendeixen bufons, pallassos, marionetes, ombres, objectes animats, dimonis i tota sort de personatges emmascarats, obscens, grotescs…

Giren pels carrers, inunden el Raval amb les seves paròdies i els seus riures.

La gent s’anima, s’aixeca, i s’uneix als joglars de la nit que animen als homes amb el seu cant de Gall nocturn.

El barri s’uneix a la festa, i els personatges es confonen entre la multitud. En girar pel Carrer de la Riereta, a l’altura del nº 31, troben el niu de l’au Fènix que els acull.

És un lloc petit, íntim, sensual, on se’ls permet parlar de les seves bufonades. Allí es congreguen cada dijous a narrar les seves històries de vides passades.

És una oportunitat única per als àngels caiguts que passegen per la Barcelona vella de reunir-se amb les ànimes que van oblidar més enllà del mirall.

Se abre la noche y por el filo de la luna descienden bufones, payasos, marionetas, sombras, objetos animados, demonios y toda suerte de personajes enmascarados, obscenos, grotescos…

Giran por las calles, inundan el Raval con sus parodias y sus risas.

La gente se anima, se levanta, y se une a los juglares de la noche que animan a los hombres con su canto de Gallo nocturno.

El barrio se une a la fiesta, y los personajes se confunden entre la multitud.

Al girar por la calle Riereta, a la altura del nº 31, encuentran el nido del ave Fènix que los acoge. Es un sitio pequeño, íntimo, sensual, donde se les permite hablar de sus bufonerías.

Allí se congregan cada jueves a narrar sus historias de vidas pasadas. Cada jueves de noviembre y diciembre. Es una oportunidad única para los ángeles caídos que deambulan por la Barcelona vieja de reunirse con las almas que olvidaron más allá del espejo.

Se abre la noche y por el filo de la luna descienden bufones, payasos, marionetas, sombras, objetos animados, demonios y toda suerte de personajes enmascarados, obscenos, grotescos…

Giran por las calles, inundan el Raval con sus parodias y sus risas.

La gente se anima, se levanta, y se une a los juglares de la noche que animan a los hombres con su canto de Gallo nocturno.

El barrio se une a la fiesta, y los personajes se confunden entre la multitud.

Al girar por la calle Riereta, a la altura del nº 31, encuentran el nido del ave Fènix que los acoge. Es un sitio pequeño, íntimo, sensual, donde se les permite hablar de sus bufonerías.

Allí se congregan cada jueves a narrar sus historias de vidas pasadas. Cada jueves de noviembre y diciembre. Es una oportunidad única para los ángeles caídos que deambulan por la Barcelona vieja de reunirse con las almas que olvidaron más allá del espejo.